miércoles, 4 de marzo de 2015

24.

Toda la noche soñando con serpientes, danzando con ellas, girando con ellas en espirales de luz, cayendo hacia dentro y hacia fuera, hacia el centro y hacia la periferia de todas las cosas, en una caída sin principio ni fin. Las iniciaciones de la Diosa dejan en la boca el sabor de una belleza honda y fiera, de un abrirse la puerta de los sentidos a una realidad que está mucho mas allá de nuestra capacidad de concebir siquiera el misterio en el que estamos inmersos, del poder tosco y profundo que la vida contiene en cada una de nuestras células. Las iniciaciones de la Diosa dejan en la boca el sabor de las cosas que nunca más se repiten. Esa frescura por la que uno rie y llora a la vez porque sabe que no la experimentará de nuevo. No de esa forma, no con ese sobrecogimiento que llega cuando uno menos se lo espera-

No hay comentarios:

Publicar un comentario