lunes, 16 de marzo de 2015

44

Amo la callada virilidad de mis manos descansando firmemente sobre mis rodillas, sosteniendo mi cuerpo a través de ellas, y a través de mi cuerpo el mundo entero hecho carne, huesos, sangre, calor y aliento. Apareándose dulce,  tierna y violentamente, con la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario